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Durante los años 80`s, Cali era uno de los mejores vivideros del mundo. Se respiraba un aire de triunfo, la economía era sobresaliente, los índices de empleo eran alentadores. Y lo más importante, la ciudad contaba con uno de los mejores equipos del continente americano: El América de Cali.

 

Los jefes del cartel de Cali comenzaron a hacer importantes inversiones en el club, otorgándole la posibilidad a los hinchas del rojo de observar grandes jugadores que en otro momento de la historia no se hubieran podido disfrutar. Pero hay quienes dicen que el fanatismo por el América fue lo que llevó a Miguel Rodríguez ha alterar el fútbol colombiano con la inyección de esas grandes sumas de dinero jamás vista en el  deporte nacional, lo que convirtió al América más que en una obsesión, en su juguete preferido.